SARA ROYO. Colegiada nº 2055
Avda. SALVADOR ALLENDE 5
50015 ZARAGOZA
Tel: 674 62 01 79
Mágica noche en la que el espíritu festivo se mezcla con cava, cantes, y —para algunos— una buena dosis de tensión arterial elevada. Porque, seamos honestos, entre los regalos de última hora, la cena familiar y el cuñado que no tiene ni pizca de gracia, no hay sistema cardiovascular que no se tambalee.
Pero no temas, porque hoy venimos a hablar de cómo sobrevivir al cambio de año sin que tu tensión arterial decida protagonizar un especial digno de un hospital.
El cotillón de la hipertensión.
La tensión arterial elevada, también conocida como hipertensión, es ese colega pesado que llega sin avisar y se queda hasta el final de la fiesta.
El exceso de sal: Entre el jamón, los quesos y esas patatas fritas que sacas «por si acaso», el sodio está haciendo una fiesta de esas interminable en tus arterias.
El estrés: Porque con el «¡corre que no llegamos!» el «¿que le compramos a la abuela?» y el «¡llevamos 2 horas aparcando!», si además le sumas la conversación politiquera de turno del cuñado al que le has perdido el hilo en la segunda frase, se te dispara le tensión al infinito y mas allá.
El alcohol: Brindamos por la paz, el amor, los colores, los pájaros, los peces… da igual, y tu tensión echando humo.
Consejos para que tu tensión no sea el Grinch de la fiesta:
Por suerte, hay formas de mantener la calma —y la tensión— bajo control. A continuación, te damos unos consejos con un toque de humor para que tus arterias no se conviertan en luces de navidad parpadeantes.
Cuenta hasta 10 (o hasta 100 si hace falta): Antes de responder al comentario pasivo-agresivo de tu prima la lista, respira profundo. Recuerda: no hay tensión familiar que valga una subida de tensión arterial.
Modera el brindis: No necesitas probar todos los licores de la mesa para brindar por todas las cosas. El agua también puede ser festiva si le pones una rodajita de limón.
Haz ejercicio (aunque sea huyendo): Aprovecha para dar un paseo cuando la sobremesa se pone insoportable y amenazan con sacar el karaoke. Si alguien te pregunta por qué te vas, di que es cosa de tu medico. Nadie te discutirá.
Controla la sal: Si no puedes evitarla, al menos compénsala con alimentos ricos en potasio, como plátanos. Eso sí, no los combines con mazapanes o ¡explotarás!, la gastronomía también tiene límites.
Revisa tu tensión regularmente: Tener un tensiómetro en casa puede ser tan útil. Mídetela antes y después de las fiestas para ver si sobreviviste.
Conclusión: Mantén la calma y sigue festejando
el fin de año tomándotelo con calma. Recuerda que lo importante no es que todo salga perfecto, sino disfrutar del momento sin que tu tensión arterial decida tocar la zambomba.
Así que ya sabes: relájate, disfruta y, si sientes que la tensión sube, siempre puedes culpar a la suegra. Feliz 2025.
SARA ROYO. Colegiada nº 2055
Avda. SALVADOR ALLENDE 5
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