SARA ROYO. Colegiada nº 2055
Avda. SALVADOR ALLENDE 5
50015 ZARAGOZA
Tel: 674 62 01 79
Navidad, esa época del año en la que el espíritu de paz y amor convive cómodamente con el caos, las prisas y los cambios de temperatura que te hacen sentir como un termómetro ambulante. Vamos a desmenuzar juntos, todos esos pequeños «detalles» que hacen de la Navidad una experiencia inolvidable… por las razones equivocadas.
La gymkhana de las compras navideñas
Nada es mas indicativo de «Navidad», que pasear por el centro comercial abrigado como si estuvieras en el Polo Norte, para luego entrar a una tienda y sentirte en pleno desierto del Sahara. Un momento estás luchando contra el viento gélido y al siguiente estás sudando como si hubieras corrido una maratón. Estos cambios de temperatura no sólo ponen a prueba tu sistema inmunológico, sino también tu paciencia. Porque, ¿quién no ha acabado en la cola de la farmacia buscando el remedio milagroso para un resfriado en el momento más inoportuno de celebraciones y reuniones?
Las colas: el verdadero test de la paciencia
Las colas navideñas son utremendas. Siempre está el que «sólo tiene una preguntita» y tarda más que los que llevan el carro lleno. Y no podemos olvidar a los «empujadores profesionales» que parece que tienen prisa por llegar a la caja… sólo para quedarse mirando el datáfono como si fuera un artefacto extraterrestre sin olvidar que de repente para ciertos individuos nos volvemos transparentes… y pasan delante nuestro… increíble. Si sobrevives a las colas de diciembre sin perder la fe en la humanidad, puedes considerar que has ganado la lotería del buen temple.
Comidas familiares: donde el caos alcanza otro nivel.
Una vez has sorteado las compras y las colas, llega el momento de las comidas familiares. Todo empieza bien, con risas y abrazos, pero luego viene la discusión sobre si el cordero está seco, has cogido unos kilitos, chistes del cuñado sin gracia, conversaciones sin chicha, y la tía que pregunta, como todos los años, «¿y el novio/novia para cuándo?».
Por no hablar del estrés del anfitrión, que lleva una semana preparando el menú y ahora está haciendo malabares entre el horno, las bandejas y los niños que corren gritando por la casa. Todo esto mientras intentas sonreír como si no estuviera al borde del colapso.
Los efectos secundarios de la Navidad.
Entre los cambios de temperatura, las comidas copiosas y los empujones en las colas, la Navidad deja huella en nuestra salud. Los resfriados se convierten en el accesorio de temporada, y las indigestiones nos recuerdan que quizás no era necesario ese tercer plato de langostinos. Desde la farmacia te podemos reforzar con complementos para tu sistema inmunológico y recomendarte productos para las digestiones y los ardores de estomago post comidas, pero, al final, todo se compensa con una buena siesta post-cena (si es que consigues escapar del karaoke familiar).
La Navidad es un deporte extremo que pone a prueba nuestra resistencia física y mental. Pero también es una época para reírse de los desastres, abrazar a los tuyos (con o sin mascarilla, dependiendo de la gripe en curso) y recordar que, pese a todo, las historias que salen de estos días serán tema de conversación hasta la próxima Navidad.
Así que, ¡ánimo! Ponte un gorro navideño y prepárate para la batalla. Tiempo que pasa no vuelve y es posible que con los años lo eches de menos… Desde nuestra farmacia te deseamos una feliz navidad llena de buenas anécdotas para recordar. ¡ FELIZ NAVIDAD !
SARA ROYO. Colegiada nº 2055
Avda. SALVADOR ALLENDE 5
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